La dictadura perfecta

Desde el primer momento en que se popularizo el ámbito del fanatismo partidario, todo se fue al carajo.

Desde el primer anuncio publicitario, desde el primer spot televisivo, desde el primer discurso y debate por la candidatura, se puso una y otra, y otra, piedrita en el engranaje mexicano. Si bien, algo no funciona, a nadie parece importarle. Misión cumplida. Vamos ciegos en un navío en el mar, sin timón, ni lugar a donde ir.

La soberanía paisana a pasado, en 50 años, a ser una maquinaria gubernamental perfecta. No por su perfecta estrategia, sino porque su manso publico es fácil de gobernar.

Eso es excelente, bueno, para todo individuo participe de la burocracia. Pero es nefasto, terrible, para el civil promedio, para todos nosotros.

Debo explicarme.

El primer ser humano, blando, enteramente basado en su percepción y pureza, se regocijo en su entorno, esperando el despertar de un interés intimo en los problemas que le rodean. Esto eventualmente lo llevaría a competir por un cierto liderazgo, a injuriar, a matar, o a esclavizar.

De esto mismo han padecido las generaciones, a pesar de su cambio. Unas con el yugo de otras, u otras terminan luchando por librase y romper tales limitaciones. Es inevitable que tales cosas sucedan. No hay ley, ni derecho, que evite que otros traten de imponerse o, incluso que traten de subyugar bajo sus ideologías.

La diferencia es que los grilletes y las cadenas evolucionaron. Cambiaron de apariencia. Se hicieron invisibles. Incluso, nosotros nos las aplicamos.

El ser humano contemporáneo es la ultima clase de hombre de la era, puro y manso, es el resultado de todos años bajo los grilletes de tantos. De una sumisión imponente, de una ideología poderosa y violenta: el objetivo es deshumanizar.

Así nuestra percepción será otorgada por otros, no forjada por nosotros. Nuestro pensamiento será plagado de ideas, de miles de ellas, para que no podamos desarrollar las nuestras.  Y nuestros sentidos, nublados, dados, como entes artificiales, incapaces.

Y tal fenómeno sucede aquí, como en este pedazo de tierra.

El país a sido invadido. El infierno tiene muchas caras, y muchas de ellas no son humanas. Y muchos de ellos son extraños, extranjeros, invasores de nuestra propiedad.

Muchas de ellas aprovechan la situación. Muchas de ellas se paran con sus trajes lustrosos a proclamarnos lo que esta mal, pero jamás nos dirá como cambiarlo, jamás nos dirá que hacer. (Y muchas de esas personas se llevan 600,000 pesos en salarios).

Estamos en un nuevo tipo de país. Un México distinto. No el mismo proclamado por la constitución. No es la vieja patria. Pero el país aun prevalece.

Y, si bien nunca merecimos una edad independiente, una edad de libertad, seguimos en una dictadura cambiante, una dictadura que hemos modificado, tal es así, hasta que fuese perfecta.

Medio país callo en las palabras de los oligarcas. Otro gran porcentaje en los medios comprados, en los noticieros corruptos. Otro poco, en las telenovelas, en la programación basura. En la superficialidad de los sentidos, en la creencia de que la democracia nos ha servido bien, o que esta en su pleno auge.

Sin embargo, detrás de todas esas distracciones, el país esta en manos incorrectas. Esto debe cambiar.

Ya fueron muchas crisis. Hasta donde alcanza mi entendimiento. Ya fue mucho regocijarse en la comodidad de ciertos tiempos. Fue así en 1968, tras la matanza de Tlatelolco. Fue así durante las crecientes crisis del 94. Y sigue siendo así hoy, donde todos los días habrá tragedia y cierto grado de dolor, pero escasa respuesta. Seguirá siendo así si el cambio no viene de nosotros, lo que queda de un país que ha estado toda su historia en guerra.

Los últimos vestigios de la patria cayeron en los 1800. De hay en delante, nada de lo que vemos, y pisamos, es parte de México. México cayo hace un tiempo, perdió la guerra invisible y silenciosa, la mas sangrienta de nuestra época.

Gente lucho, y lucha hoy en día ahí afuera, todo para que cosas como estas, y otras barbaries sigan sucediendo. El peor enemigo de el cumulo social es la ignorancia. De hay vienen todos los problemas que usualmente terminan en la primera plana de algún periódico estatal. Misma razón por la cual no pongo un vídeo de algún narco decapitado, pues, al final, el mejor explicar la raíz de tal suceso.

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